LA VIDA NO SE MIDE POR LAS VECES QUE RESPIRAS, SINO POR AQUELLOS MOMENTOS QUE TE DEJAN SIN ALIENTO.

PIERDE EL MIEDO, DA UN PASO ADELANTE...

miércoles, 31 de octubre de 2007

MIERCOLES, 31-10-2007 (ME VOOOOOY!!!!)

Un momento nada más para deciros que ME VOY A CHESTE YA, YA, YA!!!! En cuanto salga de la tienda en unos... treinta segundos. Os contaré cómo va, a quién veré y todo lo que se me ocurra ¿vale?

Besos!!!!

Mjo

P.S. Por cierto, Dani me ha dicho que si voy por el pueblo le llame. Vamos, que si voy!!!

jueves, 25 de octubre de 2007

MIERCOLES, 24-10-07 (En el tango no hay error. Si te equivocas, sigue bailando...)



Como en la vida, que a veces parece un baile al que nadie te invita a participar pero en el que estás aunque no sepas por qué ni qué tienes que hacer. La vida es extraña, repleta de sorpresas y giros inesperados. Una música que no conoces y sientes que los pies se te van al ritmo que marca alguien quién sabe dónde. Todo, nada, silencio, ruido ensordecedor, una frase, una mirada, amplios espacios, vacios y, de repente, todo está lleno, no saber, conocer y, sobre todo, aprender cada día, siempre arriba y abajo de la línea. Así son las cosas y así se las hemos contado...


Un lunes tremendo, un martes desolador, un miércoles que acaba con una sonrisa porque alguien te ha dicho "cómo te quiero" aunque no tenga el sentido que tú deseas que tenga... pero en el último momento lo único que cuenta es que lo ha dicho y ha sido él. Dani es capaz de hacerme flotar cuando menos me lo espero y me llena de tal manera que a veces siento que voy a reventar. Si alguna vez entre nosotros pasa lo más mínimo, no sé si seré capaz de creermelo, tan acostumbrada como estoy a que me pasen cosas buenas con poca frecuencia. ¿Podré apreciarlo en su justa medida o lo estropearé todo con mis dudas y mis miedos? ¿Sabré dejarme llevar y disfrutar de cada instante o me sentaré a darle vueltas a todo lo que pase, analizando si mis sensaciones son correctas o si me equivoco? Saborear los días con él, como disfruto de casi cada momento que pasamos juntos en la tienda cuando no hay nadie más. Hasta los silencios saben bien y eso es algo muy raro. Hoy he pensado que si realmente no quisiera saber nada de mí, no le preocuparía de hablar conmigo ni me contaría cosas que, en el fondo, no tendrían por qué importarme. Por la mañana me ha llamado para que viera el calendario definitivo del mundial del año que viene, hemos mirado la fechas y qué carreras de fuera del país nos gustaría ver, porque soñar es gratis... de momento. Intento ignorar que está ahí, es la tarea que me impongo para empezar a olvidar mis sentimientos, pero el más mínimo acercamiento me devuelve al punto de partida y vuelvo a perder la batalla. Y lo curioso del caso es que no me importa, me gusta cómo me hace sentir y, la mayoría de las veces, cómo soy cuando estamos juntos. Somos un buen equipo, en la tienda conseguimos que las cosas funcionen cuando se ponen difíciles y me encanta saber que cuenta conmigo.


Ayer le recordé que me debe una cerveza, "no creas que me he olvidado" le dije. Y él sólo sonrió y contestó "Ya lo sé, yo tampoco" pero no dijo nada más... Casi inmediatamente mi mente empezó a imaginar cosas, no tiene freno ni me hace caso cuando le pido que se pare, ¡tiene vida propia! Y dando vueltas al tema, se me ocurrieron varias posibilidades que fui eliminando hasta quedarme con dos que me parecieron apropiadas. A) Quiere que sea algo especial. B) Que no tiene ningunas ganas de que eso ocurra y lo está retrasando hasta que ya no se pueda dejar más... Lógicamente, la segunda es la que más se ajusta a mi lado pesimista aunque a regañadientes. Últimamente me cuesta verlo todo negro durante demasiado tiempo, aunque los que esteis leyendo esto ahora mismo solteis un "¡JA!" que resuene por medio mundo. Sabeis que me hundo pronto pero también sabeis que me costaba horrores remontar el vuelo y eh! estoy sobreviviendo ¿no? Luego, alguien me ha dicho que en mi test me faltaba la opción C) que le de miedo decírmelo. Y no me parece mala la idea... La puerta de la esperanza se ha abierto un poquito más y ya no me parece todo tan terrible. No me paso de optimista, pero el cristal empieza a dejar que pase la luz y eso es bueno ¿no? Y si eso falla, sólo tengo que pensar que me queda una semana para largarme de vacaciones y dejar todo este caos atrás. Primero Cheste, con o sin él pero con mis amigos, y después Andorra y la tranquilidad, volver con las pilas cargadas y la mente despejada para entrar en guerra otra vez.


La vida es un tango pero ya sabes: si te equivocas... sigue bailando!


Mjo

martes, 23 de octubre de 2007

LUNES, 22-10-07 (Punto y aparte)



Había pensado titular este día "Del cielo al infierno en una sola frase" pero cuando lo he escrito me he dado cuenta de lo exagerado que sonaba. Total, han pasado en mi vida cosas mucho peores, me he llevado decepciones mucho más gordas que ésta y, además, yo ya me esperaba algo así. No es que esté contenta pero si conforme. Además, no es el fin de mundo ni de esta historia. Y me dejo ya de tanto rollo y voy al grano, ¿si?

Dani baja a Valencia el jueves por la mañana, así que yo me iré con el resto de la expedición y no tendré mi viaje soñado en moto a solas con él. Y punto. Eso es todo. No puedo negar que estoy desilusionada pero aún ahora, cuando ya hace horas que me lo dijo, no soy capaz de saber si me da más pena el hecho de no ir juntos o el quedarme sin ese viajecito en moto que tantas ganas tenía de hacer... Y soy sincera, no estoy intentando disimular porque en este asunto ya no tiene ningún sentido. En un primer momento, me he quedado helada aunque creo que he reaccionado bien. Y lo más curioso es que antes de preguntarle si ya sabía lo que iba a hacer, por mi mente ha pasado la idea de no abrir la boca y esperar a ver si Dani me lo decía sin tener que preguntarle pero no me he callado aún sabiendo lo que me iba a decir. No me equivocaba, me pregunto por qué no tendré esos ramalazos de clarividencia cuando relleno los números de la primitiva! Luego me he ido a comprar una chaqueta para estos fríos que últimamente se nos dejan caer sin avisar y me he ido calmando, aunque durante todo el día le he estado dando vueltas como una noria.

Naturalmente, lo he visto como una señal de que no tiene caso el seguir pensando que le intereso más allá del papel de compañera de trabajo y me he dicho unas cuantas veces que soy idiota, que cualquier persona con ojos y una cabeza fría lo habría sabido casi desde el principio pero no, yo me tengo que dedicar a pintar de rosa momentos nada especiales y a buscar sentidos que no existen en cada frase que me ha dicho durante estos meses, cuando la realidad era bien distinta. Y de ahí a "decidir" que mejor pongo punto y final a toda esta tontería no ha habido más que un pasito. Entonces he pensado en todas las cosas que he ido escribiendo en este blog, en la gente que lo ha leído (por suerte, creo que nadie fuera de mi entorno... espero!) y me he sentido ridícula y tonta como pocas veces en mi vida. Tantas ilusiones para que luego todo sea un bluf... Y ahí ha aparecido Trix desde el gmail para pegarme una colleja virtual que me ha devuelto los pies a la tierra o, al menos, me ha hecho darme cuenta de que soy excesiva en todo lo que hago. Quizás eso no significa más que no baja el miércoles porque no tiene prisa por llegar ya que no va a ir a la carrera y no que pasa de mí tanto como de tirarse por un puente en pelota picada y sin sujección. Es posible que a pesar de todo esto Dani sí que sienta algo por mí? Todavía soy yo capaz de esperar que realmente pueda pasar algo bueno entre nosotros o voy a tirar la toalla como una cobarde perdedora? No sé luchar contra las circunstancias, no soy de esas personas que se crecen ante las dificultades. A mí se me da mejor correr a esconderme debajo de las mantas a llorar mi pena, es lo que he hecho toda mi vida. Me duele que ese momento en el que ponía tantas esperanzas no vaya a llegar. Aunque él cambiara de opinión porque yo qué sé por qué, ya no sé si yo volvería a cambiar la mía. Ya lo dije ayer, estoy cansada de esperar, de pensar qué hacer y no tener los arrestos de moverme, de tener miedo, de estar asustada de mis reacciones y de las que imagino que él podría tener, de desear estar a su lado y tener que aguantarme las ganas porque no puede ser, porque no hay nada, porque no está ahí, porque no puedo acercarme lo que quisiera ni alejarme como debiera. Me duele y lo siento. Quisiera que las cosas fueran de otra manera y de mí depende cambiarlas pero no sé cómo hacerlo. En estos últimos tiempos he dado pasitos, pequeños para los demás pero que para mí han sido zancadas de gigante porque nadie sabe lo mucho que me cuesta darlos y al final descubro que estoy parada en el mismo sitio y ni siquiera sé cómo es posible.

Vale, sé que estoy terriblemente negativa. Mi hermana dice que soy una hemo (una de esas nuevas tribus urbanas que se revuelcan en la pena y la tragedia en todos los segundos del día) pero tampoco es para tanto. Tengo derecho al pataleo y a soltar algunas lágrimas!!! Llevo tanto tiempo aguantándolas que al final me van a desbordar, quiera yo o no quiera. Ahora tengo un motivo así que ¿por qué desperdiciarlo? Maldita sea, quizás tenga razón y soy una hemo sin pelos raros ni vestimentas dignas de una película de terror... pero dejádme que lloriquee un poco a gusto ¿no? Es una buena terapia y mañana será un nuevo día. Sonia también me ha dicho que deje de ser tan trágica aunque para nosotras, como hermanas, eso sea luchar contra los genes que nos hacen hundirnos en la miseria al más mínimo tropezón. Y sin embargo ella, que lo ve todo más negro que los agujeros del espacio, también me ha dicho que haga el favor de no pensar que este desenlace con Dani significa el fin de la historia y ahí sí que me ha descolocado. Será verdad, tendrán razón? Os parecerá una soberana tontería pero con sus palabras han abierto un pequeño resquicio por el que se ha colado la esperanza y ya no estoy tan triste como esta mañana. No niego que ahora mismo se me empañan los ojillos pero... tampoco puedo negar que al final de esta tarde, cuando Dani y yo estábamos solos en la tienda y nos hemos puesto a hablar en su mesa, el corazón se me escapaba por la boca porque, por mucho que me empeñe en decir lo contrario, lo que siento por él es más fuerte que yo así que señoras y señores, esto no es el punto y final que yo esperaba sino un simple punto y aparte. Y seguimos para bingo...


Mjo

lunes, 22 de octubre de 2007

DOMINGO, 21-10-07 (Una de cal, otra de arena)

Menudo día de motor!!!! Entre las carreras de motos esta mañana y la última del mundial de F1 esta tarde, una ha tenido un domingo de lo más femenino... Menos mal que, entre una y otra, me he ido al cine con Noe. Hemos ido a ver "El orfanato" y no está nada mal. Ahora, miedo, lo que se dice miedo como yo lo esperaba... pues va a ser que no. Incluso al final es triste y da un poquito ganas de llorar, claro que esa es mi opinión y ya sabeis que una es de lágrima fácil.

De las carreras de motos sólo he visto en directo la de MotoGP y, aunque parezca mentira, os aseguro que casi tengo ganas de que se acabe ya este mundial. Están siendo aburridas, aburridas, aburridas y repetitivas. Stoner, para variar, ha ganado en Malasia aunque esta vez no les haya sacado mucho tiempo a los demás. Melandri segundo y Pedrosa tercero han completado el podium. Nicky ha hecho otra carrera para olvidar, me juego lo que querais a que él también está deseando que acabe esta temporada para empezar, prácticamente, de cero. Salía sexto, no ha hecho una mala salida y empezaba a recuperar posiciones cuando ha tenido que frenar para evitar comerse a Elías y se ha salido de pista. Ha podido volver pero estaba tan lejos que el pobre no ha tenido ninguna opción de mejorar su actuación. Qué cabreo!!!! En cuanto a las demás categorías, en 25o Lorenzo ya es el campeón y bien que lo siento. No lo soporto!!!! Al menos me he ahorrado ver su despliegue de celebración... Dovi se cayó y eso lo ha facilitado todo todavía más, y Barberá ha sido segundo. Para que luego vayan diciendo que si es un paquete!!! Pobret... Y en 125 Faubel ha sido tercero pero Talmacsi ha ganado la carrera, con lo cual la cosa se ha puesto complicadilla de cara a Valencia. Al menos allí veremos un desenlace interesante... Algo es algo! Espero que el año que viene las cosas sean un poco más interesantes, hacía mucho tiempo que no se me desencajaba la mandíbula a fuerza de bostezar en las carreras de MotoGP.

Y en cuanto a F1... ¡buf! Ha sido la única carrera que me he tragado enterita, desde la primera hasta la última vuelta y ha valido la pena. Después de los entrenamientos del fin de semana, los favoritos salían segundo (Hamilton), tercero (Kimi) y cuatro (Alonso). El que más posibilidades tenía era Hamilton pero, como se ha demostrado, cualquier cosa es posible!!!! Ha salido como un loco, Alonso le ha pasado casi en la primera curva cuando Kimi ya se había puesto primero siguiendo a Massa y escapándose como un Stoner cualquiera. Los Ferraris iban como un tiro hoy!!! Y el inglés iba fatal: se ha salido en una curva por ir muy pasado de vueltas y luego su coche ha tenido (según han dicho en la tele) un problema con el sistema de cambio que le ha dejado prácticamente parado a las dos o tres vueltas (creo). Las cosas se ponían superinteresantes!!! Al final, Kimi ha adelantado a Massa en uno de los cambios de pneumáticos, Alonso ha sido tercero y Hamilton creo que sexto con lo cual... ¡KIMI ES CAMPEON DEL MUNDO, YUPIIIIIIII!!!!!!!! Por Dios, lo que me he llegado a alegrar por él, porque los Ferraris han vuelto a colocarse donde deben, que es en lo más alto, y porque así se ha dado un baño de humildad a lo pilotos de Renault que se han tirado toda la temporada haciendo el tonto. Y a Ron Dennis, que para tener la experiencia que tiene en este mundo ¡ha quedado en evidencia totalmente! Ahora vendrán diciendo que Kimi no es un justo vencedor, que si se ha beneficiado de los problemas de MClaren y, en fin, esas cosas que se dicen cuando quien gana es quien menos se espera. Pero ha ganado seis carreras este año, más que nadie, no da ruido alguno ni se queja de nada, no va de divo ni critica a sus rivales... Vamos, que es el campeón del mundo le pese a quién le pese...
Aunque acaban de decir en la radio que igual no. Resulta que los de MClaren, que deben estar bebiendo veneno para olvidar, han presentado una reclamación a dos equipos cuyos corredores, casualmente, han quedado cuarto y quinto al acabar la carrera y justo por delante de Hamilton. ¿El motivo? Pues veamos, si no he escuchado mal, dicen que estos equipos han utilizado gasolina congelada (¿en cubitos?) que es ilegal y se ha admitido la reclamación. Me imagino que ahora harán una investigación y si todo sale bien, Kimi seguirá siendo el campeón. Pero si sale mal, que andando esta gente de por medio es bastante posible, a esos dos pilotos les quitarían de enmedio, Hamilton sería cuarto ¡y el título sería para él! Qué injusto, qué tramposos!!!! Qué manera más chapucera de querer ganar a toda costa. Como han dicho por la radio, ganarían en los despachos lo que no han sido capaces de ganar en el asfalto... Triste, triste, triste. En fin, a ver si dentro de un ratillo dan más información y mañana por la mañana me desayuno con un Kimi que conserva el campeonato y no con un Hamilton campeón.

En cuanto al resto de cosas de mi vida en general... No he tenido una muy buena semana, sigo estando tontorrona y no sé por qué. Estoy cansada, necesito unas vacaciones y, sobre todo, desconectar durante unos días, irme lejos de aquí! Menos mal que en once días ya estaré libre durante un tiempo y podré relajarme. Primero Cheste y luego dos o tres días en Andorra sin clientes, camiones, relaciones de facturas ni teléfono. Es como ir al cielo!!!! Hasta me apetece alejarme de Dani y de todas mis neuras durante un tiempo, necesito dejar de darle vueltas a todo lo que dice y lo que hace y, sobre todo, dejar de interpretar hasta sus más inocentes frases porque siento que estoy empezando a desesperarme y eso no puede ser bueno. El martes le pregunté si iba a bajar el miércoles por la noche o no y me dijo que hasta este fin de semana no lo sabría. Por suerte para mí, no hizo falta decirle si podía bajar con él en ese caso porque lo pilló al vuelo. Así que quedamos en que en cuanto supiera algo, me lo diría para que yo también pudiera hacer mis planes. Francamente, me encantaría que fuera que sí, por bajar en moto y, claro está, porque sería ir con él pero si me dice que no... tampoco creo que se me acabe el mundo. Estoy cansada, estoy muy cansada...

Ah! Y para rematar la semana, el jueves me llamó Juanma. En principio por cuestiones de trabajo, pero ya me dijo que a ver cuándo tenía tiempo para que fueramos a comer y así me enseñaba el piso. Al preguntarle si por fin conocería a Noe, me dijo que no lo sabía porque tiene unos horarios de trabajo un poco raros, que estaba un poco mejor de sus problemas de salud y que últimamente no estaban muy bien... Ergo ¿puedo suponer que por eso tiene ganas de quedar conmigo y enseñarme su piso nuevo? Echando la vista atrás, el Juanma que yo recuerdo lo haría. Ahora ya no lo sé. Lo que sí se es que no pienso caer de nuevo. Quita, quita, con lo que me costó dejarle atrás!!! No, no, no. Historia acabada, punto final.

Mjo

P.S. Eso sí, a mi ego le sentaría de muerte que sí fuera eso lo que quisiera y yo le diera calabazas... Pero es mejor que no juegue con fuego. Ya sabeis que yo tengo tendencia a quemarme!!!!

viernes, 19 de octubre de 2007

JUEVES, 18-10-07 (La historia de María/3)

María me dijo que cuando pasó aquello debía de correr el año treinta, más o menos. Estábamos sentadas en la salita de su casa, el espacio donde más hora pasaba, acompañada por la televisión o cosiendo. El piso era pequeño, antiguo pero bien cuidado, con paredes de un blanco impecable, adornado de cuadros de flores y fotografías de bodas, de sus hijos y sobrinos. En lugar preferente, un crucifijo de hierro forjado que había pertenecido a sus padres y era una de las pocas cosas que había podido conservar de ellos. Delante de un café con leche y roscos hechos en casa, buenísimos, me iba desgranando sus memorias mientras en la calle brillaba el sol. La primavera por fin había llegado, cubriendo los árboles de flores nuevas que lanzaban al aire sus aromas.
En aquella época, ella debía de tener unos ocho o nueves años y no tenía demasiados recuerdos claros. Sólo se acordaba del miedo a que su madre no volviera.


- De eso y de escuchar a mi padre llorando por la noche, cuando pensaba que todos estábamos durmiendo y le podíamos oír. Lo pasó muy mal los primeros días, porque mi madre había perdido mucha sangre y en aquellos tiempos no era tan fácil recibir transfusiones. Quita, quita, entonces lo que te decían era que comieras mucha carne roja y poco hecha; claro que... A ver quién podía permitirse el lujo de comprar eso. Patatas y garbanzos y habichuelas y chorizos si mi abuela estaba de buenas y nos traía algo, lo que pasaba pocas veces.

Poco después, el terrateniente dueño del cortijo donde sus padres trabajaban, él en los campos y ella al servicio de la gran casa, decidió que la tierra ya no daba tanto como antes y despidió, por supuesto sin indemnización alguna, a varios trabajadores. Curiosamente, contrató a unos temporeros de fuera de la provincia para cubrir los puestos libres, pagando sueldos más bajos y con la amenza constante del despido. Por aquel entonces ya había muchos problemas políticos, los comunistas y socialistas empezaban a hacer reivindicaciones en voz alta y chocaban abiertamente con el poder establecido por los propietarios de la tierra, los grandes industriales y la aristocracia. Históricamente, esos sectores siempre habían decicido qué se hacía, qué no se hacía y quién, sin que nadie pudiera decir nada en contra. Y aquel que lo hacía, ya sabía lo que le esperaba. Exclusión social, hambre, emigrar a otros lugares... Empezar de cer de nuevo no era fácil pero fueron muchas las familias que se vieron obligadas a hacerlo. Los destinos solían ser Madrid o Cataluña, sitios donde parecía haber más trabajo y facilidades para salir adelante. Los que así lo hacían escribían cartas llenas de nostalgia, contando maravillas que, en la mayoría de los casos, eran más producto de las ganas de disimular la verdad que reflejo de la realidad. Allí, como en todas partes, también había hambre y miseria. Menos, pero existía igual.

Encarna no se recuperó del todo de aquel aborto, su salud empeoró y cada día se le hacía más difícil mantener una familia de cuatro niños y dos adultos. La comida no alcanzaba y su orgullo le impedía ir a pedir ayuda a su madre. Francisca era una mujer alta y fuerte, acostumbrada a hacer su voluntad por encima de todos. Viuda desde hacía años, no toleraba que nadie le llevara la contraria y Encarna lo había hecho al casarse contra su mandado, pasó a ser poco más que una paria. Mientras su hija vivía como podía en una casita de tres estancias, ella regenaba la única pensión del pueblo, lucía joyas, buenos vestidos y pieles en invierno y presumía de tener amistades muy influyentes, al tiempo que hacía importantes contribuciones a la iglesia para salvar su alma.

- Buena falta le hacía - me dijo María una vez-. Mi abuela era una mujer ingrata, asqeada de la vida porque aunque tenía todas las comodidades y dineros que a nosotros nos faltaban, estaba sola. En el pueblo todo el mundo le guardaba el aire. Doña Francisca por aquí, Doña Francisca por allí, pero nadie la quería bien. Murió durante la postguerra, de fiebres malas. Hija, entonces agarrabas un resfriado y ya podías despedirte de la vida. Ahora, un sobrecito, una aspirina y arreando para el trabajo... Ni tanto ni tan poco, ¿no?

Cuando los terratenientes despedían a alguien, esa persona no tenía fácil volver a encontrar trabajo. Parecía que se corría la voz y se convertía en una especie de apestado. José se libró de bien poco, pero cada día le tocaba ver cómo echaban con cajas destempladas a varios amigos y compañeros sin explicación alguna. Sus ojos asombrados se le clavaban en la memoria y no podía pensar que era un aviso, pero por más vueltas que le daba no acertaba a saber qué le advertían. Mientras tanto, Francisco, el mayor de sus hijos, dejó el colegio para ponerse a vigilar una piara de cerdos. A cambio de pasarse todo el dia en el campo, a la interperie, lloviera o cayera un sol de justicia, coriendo detrás de unos animales tan tontos como caprichosos, le daban una hogaza de pan, un poco de embutido y algunas patatas. A veces, si el capataz estaba de buenas, hasta le dejaban unas perras en la mano, pero eso era tan poco frecuente y las cuentas pendietes tan grandes que desaparecían al momento, sin dejar rastro. Encarna se mordía los dientes de rabia cuando lo veía marcharse por la mañana, con apenas doce años. Odiaba la idea de obligarle a trabajar para ayudarles y fue peor todavía cuando María entró como doncella de la casa. Al principio sólo ayudaba en la cocina, lavando cacharros y limpiando el suelo, pero con el paso del tiempo acabó haciendo la comida, sirviendo la mesa cuando no había invitados, recogiendo las habitaciones, encargándose hasta de la colada. Cuando volvía por las noches, con sus pasos cortos y rápidos, Encarna la abrazaba y la cubría de besos. María dejaba en la mesa de madera oscura las ganancias del día, algo de dinero y comida cogida sin permiso. Su madre le regañaba siempre, pero ella peleaba diciendo que allí tenían de todo y tanto que difícilmente iban a echar de menos un par de huevos o un trozo de queso. Tenía las manos destrozadas por el jabón y la lejía pero ella prefería trabajar antes que estar en el colegio.

- Nunca tuve cabeza para los números y las letras; aprendí lo justo para que no me sisen en el mercado y poder leer las cartas que, de vez en cuando me llegan. Casi todo facturas; entre luz, agua, teléfono y tonterías se me va la pensión. Dónde vamos a ir a parar, qué precios... El dinero parece agua. Se me escapa entre los dedos.

En su casa se quedaban los dos pequeños, Pedro y Antonio, que pasaban las horas agarrados a las faldas de su madre o persiguiendo bichos que traían a casa cuando conseguían no matarlos. Por suerte casi siempre se les iba la mano. Lagartijas, gorriones y hasta las gallinas del corral sufrieron sus atenciones. De seis y cuatro años, eran una especie de terremoto conocidos por todos. María recordaba el día que Pedro se cayó en el corral de la burra, y se abrió la cabeza. Su madre casi se muere del susto al verle llegar en brazos de José, cubierto de sangre y llorando como un loco. Don Manuel tuvo que correr otra vez a la casita y después de darle unos cuantos puntos de sutura y recomendarle reposo, le regaló unos caramelos de fresa que repartió religiosamente entre todos sus hermanos. Francisco renunció a su parte para que los pequeños tuvieran más. Fue casi un día de fiesta.

Pronto la situación se hizo insostenible. Francisco cayó enfermo durante un invierno particularmente duro y cuando se recuperó se encontró con que su puesto había sido ocupado ya. Empezó a faltar de todo, en la tienda del pueblo ya no le fiaban y su abuela se desentendió de ellos. Ya te advertí, le dijo a Encarna, te avisé que te casabas con un don nadie y que pasarías hambre. Les cerró la puerta en las narices y se olvidó de ellos. En cambio, el hermano de Encarna se paseaba por las calles vestido de señorito, con trajes de buena factura y bastín con empuñadura de plata. Cada vez que se cruzaba con sus sobrinos les deslizaba alguna moneda en el bolsillo y les recomendaba que no dijeran nada a su abuela. Pero no era suficiente y el hecho de que en casi todas las casas se diera la misma situación no consolaba a nadie.

En las elecciones municipales de abril de 1931, la gente estaba más que harta de pasar penurias y decidieron dar un golpe de mano y cambiar el color del gobierno, a ver si así la cosa mejoraba. Ganó la izquierda en casi todas las ciudades, pero el sur siguió plantado en su sistema. Ganaron los de siempre pero con un estrecho margen que les dejaba pocas posibilidades de maniobrar. A partir de aquel momento, el país entró en una cadena de sucesos que acabó por poner patas arriba el delicado orden de las cosas que hasta entonces se había mantenido. Todos eran conscientes de la fragilidad de la política, donde unos ponían la zancadilla a los otros un día sí y al siguiente también. Sin embargo, nadie podía imaginarse que se llegaría hasta el extremo que llegó; nadie, ni las mentes más retorcidas, podría haber inventado semejante baño de sangre ni que pudiera durar tanto tiempo.

mjo

miércoles, 17 de octubre de 2007

MARTES, 16-10-07 (La historia de María/2)


José se asomó a la ventana, cubierto con una manta gris, delgada, remendada y vuelta a remendar. Contempló la nieve qe cubría los campos y que seguía cayendo mansamente. El cielo estaba tapado por completo y la temperatura era muy baja. Mientras respiraba, nubes de vapor salían por su boca. Cerró los postigos, se tapó mejor con la manta y, frotándose las manos heladas, se sentó frente a la chimenea. Echó un tronco al fuego, calculando cuánto tiempo les duraría la leña que tenía almacenada. Ese año, el invierno se dejó caer mucho antes de lo que esperaba nadie y temía que sus reservas no fueran suficientes para los días que se avecinaban. Un sonido a sus espaldas le hizo volver la cabeza. Inmediatamente, sus ojos cambiaron, se llenaron de ternura en cuanto vio que Encarna seguía dormida. Era casi imposible que no estuviera ya levantada, revoloteando de un sitio a otro, poniendo la leche a calentar, el pan a tostar, metiendo prisa a los pequeños y regañando a los mayores... Hacía ya quince años que se habían casado, después de toda una odisea que hasta les obligó a escaparse juntos, y todavía le sorprendía esa increíble vitalidad que la tenía en danza desde que salía el sol hasta que oscurecía. Quiso despertarla con besos y caricias, como hacía al principio de su vida en común, pero se lo pensó mejor.


- Déjala que duerma, que aún no está bien del todo. Sigue estando pálida, tiene manchas oscuras debajo de los ojos y ya no se ríe tanto como antes.- Se puso en pie, dejó la manta sobre la banqueta y empezó a vestirse para salir a trabajar.- Ojalá pudiera evitarle toda la pena, yo podría aguantarla mejor que ella; es tan débil y, al mismo tiempo, tan fuerte...
Encarna había tenido un aborto que casi la despacha al otro mundo; iba a ser su quinto hijo y durante todo el embarazo había tenido muchos problemas. Debe guardar reposo, le decía el médico cada vez que se acercaba a la casita porque algún niño le llevaba el recado. Pero ella tenía la cabeza igual de dura que una mula y no hubo modo humano de que hiciera caso. Un día, hacía unos seis mese más o menos, estaba espigando y sintió un chorro caliente que mojaba sus piernas. Sólo al mirarse y ver que era sangre notó que dolor la partía en dos y, gritando, cayó de rodillas en el campo, sujetando su barriga. Mi hijo no, mi hijo no... Era lo único que decía. Don Manuel, el médico, dijo que la cosa estaba muy complicada, la metió en su coche y se la llevó a toda prisa a la capital. Ahora ese camino se recorre en apenas una hora pero hace tantos años debió de ser una odisea. José la miraba, pensaba que se le moría, que se le iba en sangre junto con ese niño y negociaba con Dios para se los llevara a los dos o sólo a él. Cuando llegaron al hospital, Encarna fue de cabeza al quirófano, donde pasó una noche infernal peleando por sobrevirir. La criatura debía de haber muerto algún tiempo antes, la tuvieron que abrir para poder sacarla y perdió mucha sangre.


Unos veinte días después, Encarna pudo dar algunos pasos por la sala común del hospital sin que el mundo girara a toda velocidad, cogida fuertemente del brazo de José, al tiempo que le rogaba que la sacara de allí porque no veía alrededor más que abandono, sufrimiento y muerte.

- Si pudieras verlo a todas horas como lo veo yo, seguro que ya te habrías ido corriendo, a rastras si no pudieras andar.- Hablaba muy bajito, para que las monjas no la escucharan.- A mí me tratan un poco mejor porque Don Manuel se encarga de que lo hagan, las controla y me controla a mí: lo que como, si me dan los medicamentos, que me cambien la ropa de la cama al menos cada tres o cuatro días... Ayer escuché a una de las enfermeras decirle a la superiora que yo debía de ser la querida del doctor. ¡Tú te crees, yo la querida de nadie! Tú, que me conoces mejor que yo misma, te puedes hacer a la idea de lo que me costó tragarme las palabras. Vamos que me tuve que morder la lengua hasta que casi me hice sangre.

- Encarna, Encarna... - José intentó regañarla pero las ganas de reír pudieron más. Sus carcajadas fuertes rebotaron en las paredes de la sala, haciendo que una monja, con cara de no haber sonreido en mchos años, frunciera todavía más el entrecejo.- Perdón, hermana, lo siento mucho.- Se alejaron un poco más, riendo por lo bajito los dos.- Tienes que tener paciencia, todavía no estás buena. No puede ser tan malo.

- Echo de menos a mis niños...- Encarna suspiró, apretando el brazo de José. En ese momento, él supo que no tardaría demasiado en salir de allí. ¿Qué excusa podía poner ante semejante declaración? También él la encontraba a faltar, la casita estaba extrañamente silenciosa, los niños lloraban por cualquier motivo, la comida no sabía igual, sentía su cama enorme y vacía. Le sonrió, acarició su rostro pálido y le prometió hablar con el médico.

- Te aseguro que si él me da permiso porque ya estás mejor, te llevaré a casa en brazos si hace falta. Pero sólo si estas recuperada, no quiero que me des otro susto así. Creí que te ibas y a ver qué hago yo si me dejas solo. A ver qué hacemos los niños y yo...- La abrazó con cuidado; estaba tan delgada que temía romperla. Con el pelo negro recogido en una trenza y aquel camisón blanco que las monjas le habían puesto, parecía un fantasma de otros tiempos.

Dos días más tarde, Encarna salió del hospital. Durante las casi cuatro horas que duró el viaje, sentada en el coche con Don Manuel, apenas fue capaz de decir una palabra. Respondía con monosílabas, la mirada clavada en el camino que la llevaba de regreso a su familia, prefuntando si faltaba mucho, cuándo iban a llegar. Don Manuel sonreía, apreciaba a aquella mujer porque había luchado por defender su amor ante su familia y a todos los que dijeron que no iba a durar, que estaba arruinando su vida por casarse con un don nadie, un zaparrastroso. A todos y cada uno de ellos les dió con la realidad en la cara: no conocía a nadie que fuera más feliz que ellos. Por eso no pudo contener las lágrimas cuando aparcó el vehículo delante de la modesta casita y casi antes de que el polvo hubiera acabado de asentarse, Encarna desapareció entre un enjambre de brazos y piernas infantiles, acariciando una carita alegre, besando una cabeza morena y achuchando a su marido... El médico se colocó el sombrero, dispuesto a marcharse para dejarles disfrutar del momento en la intimidad, pero antes de poner entrar en el coche, un ligero toque en el hombro hizo que se diera la vuelta. Se encontró con José, los ojos bailando alegres en medio de un rato de lágrimas. Le sonrió, esperando.

- Gracias, Don Manuel.- Nunca podré pagarle lo que ha hecho por mi mujer, por todos nosotros, pero si necesita algo ya sabe donde estamos. Nos ha devuelto la vida.- El médico estrechó la mano que José extendía, para acabar abrazándole. Cuando finalmente se fue, su mirada retuvo la imagen que el espejo retrovisor le ofrecía: cuatro niños entre diez y cinco años y dos adultos que entraban en una casa modesta. A veces, la vida podía ser tremendamente justa.

mjo

martes, 16 de octubre de 2007

LUNES, 15-10-07 (La historia de María/1)




Conocí a María casi por casualidad. Un domingo por la mañana me senté en el cementerio del pueblo con mi ordenador portátil, esperando que la inspiración hiciera acto de presencia de una vez por todas. Ya sé que es un sitio extraño donde escribir, pero en mi casa no hay quien pare los fines de semana. Es todo un trasiego de televisión con fútbol, música en dos sitio diferentes, camiones, coches, motos... Al menos allí encontraría paz y silenciao relativo. Las visitas de las personas que acudían a rendir homenaje a sus difuntos apenas me molestaban; al fin y al cabo, no iban de fiesta y sus voces eran apenas susurros lanzados al sol de una primavera que no acababa de decidir si se quedaba o volvía a irse.

Ni siquiera sé cómo acabé por sentarme justo allí, frente a una explanada de césped en la que no había identificaciones. La verdad es que en un primer momento me llamó la atención porque, a pesar de que no había lápidas ni cruces ni ángeles tétricos, algunas personas se acercaron para depositar ramos de flores. Se detenían unos instantes, cerraban los ojos mientras musitaban una plegaria y después se iban por donde habían venido. Casi todas eran mayores, mujeres y en grupos de dos o tres. Nadie parecía darse cuenta de que yo estaba allí sentada, seguramente con cara de seguridad.; nadie excepto María.

Se acercó con paso cansado y se sentó a mi lado en el banco de piedra, soltando un suspiro audible. Estoy segura de que intentaba llamar mi atención. No era la primera vez que me tocaba lidiar con algún anciano y, francamente, en ese momento no me apetecía para nada. Estaba enfadada porque no había manera de que escribiera algo. En la pantalla, el programa del tratamiento de textos y su blanco impecable me parecía una broma estúpida, muy pesada. Por primera vez, sentí el miedo de no ser capaz de hacer aquello que tanto deseaba; no me molestaba fallarme a mí misma porque siempre tenía la sensación de hacerlo, pero me daba un miedo atroz decepcionar a los demás. Mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo... Casi todo el que me conocía sabía de mis ganas de ser escritora, había proclamado a los cuatro vientos que lo iba a intentar. No es lo mismo quedar como una idiota ante una misma que hacerlo evidente ante los ojos de aquellos que confiaban en mis posibilidades.

Un segundo suspiro consiguió que desviara la mirada de la pantalla hacia aquella mujer. Sonreí, sintiéndome muy hipócrita, y le dije buenos días. Ella respondió con voz clara, de acento andaluz, una frase que he oído a mi abuela mil veces: "buenos días nos dé Dios, hija mía". Volví a sonreir y concentré de nuevo mi atención en el portátil. Claro está, una vez hecho el primer contacto ya no podría librarme fácilmente. María se acercó un poco más, miró sin disimulo el aparato que tenía sobre las rodillas y lanzó su ataque definitivo.

- ¿Eso qué es, niña?

Ante semejante cuestión, decidí dejar correr mi intención de sacar algo de provecho de esa mañana y, en cambio, perderme en una conversación que, quién sabe, igual era interesante. Las generaciones anteriores tienen tantas cosas que contar... Intentando ocultar mi decepción, ya que no había conseguido escribir ni una sola palabra, miré a María. Ella me devolvió la mirada mientras se tapaba los ojos con una mano porque el sol la deslumbraba; no había una sola nube en el cielo ni árboles que dieran sombra en esa parte del cementerio. Algo en la forma en que María me miró hizo que todos mis sentidos se despertaran, como si hubiera pulsado el botón de "on". ¿Qué fue? No lo sé muy bien, pero fui consciente en ese mismo instante del silencio absoluto que nos envolvía. Yo juraría que unos segundos antes podía escuchar a la gente que iba y venía por los caminos de piedrecillas grises, que llegaba a mis oídos el sonido del tráfico del pueblo y de la música salsera que salía de algún piso de aquella zona. Sin embargo, en cuanto María me miró todo desapareció. Luego, las cosas volvieron a la normalidad, pero esos escasos momentos fueron suficientes para ponerme la piel de gallina. Si llega a ser de noche, te aseguro que habría salido corriendo y, no lo dudo, gritando como una posesa. Mi imaginación siempre me traiciona cuando menos falta me hace.

- ¿Esto? - le dije, contestando a su pregunta y agradeciendo que mis gafas de sol no dejaran ver el miedo que había pasado.- Es un ordenador portatil.

- ¡Ah, una máquina de esas! Mis nietos tienen también pero son más grandes. No los pueden llevar para aquí y para allá, vamos, ¡madre mía! Sobre todo la pequeña, con ese cuerpecillo enclenque que tiene. Las modas me la tienen a maltraer; de esto no como, de aquello tampoco... ¡Bah! Toda la vida han habido gordos y flacos y no ha pasado nada, ¿ verdad, hija? Claro que a tí tampoco te sobra mucha carne..
.
Acompañó la última frase con un dedo acusador enfocado a mi muñeca y casi me avergoncé. ¡Vaya, me había tocado en suerte una cascarrabias! Iba a ser un domingo redondo. Compuse una sonrisa de compromiso y creo que murmuré algo así como "no, he salido a la familia de mi padre" o una excusa por el estilo. Vamos, la misma historia que cuento cuando alguien se mete conmigo y mi peso. Ella siguió con lo suyo, la curiosidad podía más que las ganas de escucharme. Algo me dijo que debía de sentirse un poco sola y pensé que no pasaba nada si perdía un ratito escuchándola.


- Bueno, ¿y qué es lo que te trae por aquí? Porque no me vayas a decir que has venido de paseo, que sería muy raro. Hay gente para todo, desde luego, pero mira que tener ganas de venir a pasar el rato a un cementerio... ¿O es que tiene a alguien aquí?- Hizo un gesto con la cabeza canosa hacia el césped que, al principio, me había intrigado.

- La verdad es que he venido en busca de inspiración porque... - ¿Cómo se explica a alguien que esperabas que el silencio de un cementerio te pusiera al alcance de unas musas esquivas porque deseabas con todas tus fuerzas ser escritora? Obviemos la realidad, inventemos alguna excusa creíble.- No, nive a echar un vistazo porque hace poco que vivo por aquí y me interesa el arte funerario.

- Ah...- Estoy segura de que en ese momento pensó que estaba un poco loca. Bastante loca, de hecho, como me confirmó más tarde.- Y... ¿cómo dices que te llamas, bonita?
- No lo he dicho. Me llamo Alejandra pero todo el mundo me llama Alex.- Extendí la mano pero ella se saltó el gesto a la torera y me plantó dos sonoros besos en las bejillas.- Encantada de conocerla, señora...


- María, hija, María como la madre de nuestro Señor. Lo mismo digo.- Y volvió a sonreir. Un montón de arruguitas enmarcaron sus ojos negros. En un instante fugaz pude ver que seguramente fue una mujer muy hermosa; su sonrisa y sus ojos todavía lo eran: vivaces, alegres, cálidos. Me fijé un poco más en ella y descubrí que vestía de luto a la antigua usanza, medias incluidas. Llevaba el pelo recogido en un moño apretado con muchas horquillas, una camisa abrochada hasta el cuello y una chaqueta de lana que parecía hecha a mano. La falda hasta media pierna y unas zapatillas abrochadas con cordones completaban el atuendo. No era delgada pero en modo alguno parecía entrada en carnes, más bien daba la sensación de haber sido fuerte, acostumbrada a trabajar duro, corpulenta. Sin lugar a dudas, mi abuela la habría calificado de lustrosa aunque el significado de este calificativo nunca me ha quedado demasiado claro. Su único adorno era una cadena de oro de la que colgaba un crucifijo y una plaquita con el retrato de un hombre; eso y un monedero gigantesco del que sacó un pañuelo de papel para secarse el sudor. El calor apretaba y eso era buena señal. ¿Por fin la primavera?

Nos callamos unos momentos, estudiándonos en la distancia breve que nos separaba. Después de haber hablado la una con la otra casi de corrido, parecía que nos habíamos quedado sin ideas. ¿Vergüenza? En su caso, desde luego que no. Ahora que la conozco mejor, estoy segura de que nació sin el gen de la timidez y la vergüenza, justo al revés mío. Ella dice que no sabía cómo sacar el tema, que no me conocía de nada y con el tipo de gente que corría por el mundo a ver quién hablaba sin miedo. Miedo... He oído tantas veces esas palabras de su boca que ha conseguido cambiar el significado que para mí tenía. Ya no pierdo el sueño cuando veo una película de terror; me asusto como siempre, grito si tengo que hacerlo y salto más que nadie pero ¿miedo? No, ya no...

- Yo vengo muy a menudo porque tengo a mi hermano, o al menos eso me han dicho, enterrado ahí.- Volvió a señalar con el dedo el césped.- La verdad es que no lo puedo saber de cierto, porque es una fosa común de los tiempos de la guerra civil, pero dicen que todos los fusilados en esa época los echaban ahí para que nadie pudiera reclamarlos. Fueron tiempos muy malos, sí...

- ¿Quiere decir que es una especie de enterramiento clandestino?.- Asintió en silencio, con un leve encogimiento de hombros.- Vaya, no tenía ni idea de que fuera eso. Ni de que hubiera habido también víctimas de la represión franquista... Desde luego, se hicieron muchas barbaridades.

- ¡Uy, tú no tienes ni idea! Además, a la gente joven ya no le interesa el pasado. Viven la vida pensando que aquí todo seimpre ha sido igual, pero nosotros, los viejos, lo hemos pasado muy mal. Si yo te contara algunas de las cosas que sé, te asombrarías. Claro que mi memoria ya no es lo que era. Han pasado demasiados años y yo era muy joven entonces. - Mientras me hablaba acariciaba la medalla con un gesto inconsciente. Supe, sin dudarlo, que el hombre de la foto debía ser su hermano asesinado, y quise saber más. La historia siempre me ha gustado y qué mejor manera que oírlo de primera mano en lugar de leerlo en un libro que podía contar o no la verdad de lo que pasó. A mi abuelo le encantaba contarme batallitas y yo podía pasarme horas enteras escuchándole. Era una de las cosas que más echaba de menos de él. Mi padre también me ha relatado sucesos de los años de la postguerra en su pueblo natal, antes de que decidiera emigrar para poder salir adelante con un poco más de facilidad.

- Y... ¿cómo fue?- pregunté casi sin darme cuenta. María me miró sorprendida, como si no esperara que yo quisiera saber nada de su historia. Por la expresión de su cara, era evidente que la herida abierta seguía doliendo.- Perdone la pregunta, pero es que se saben tan pocas cosas de esos días y en los libros ya se sabe, todo lo explican según la idea de la persona que lo escribe. Creo que nunca había conocido a nadie que hubiera vivido tan de cerca ese tipo de cosas. Si no le molesta, me gustaría saberlo. Pero si me dice que no, lo entenderé perfectamente.

Siguió en silencio, volviendo la cabeza hacia la zona que ocupaba la fosa común, y yo la imité. Curiosamente, mientras observaba aquella extensión de terreno, percibí cosas que antes me habían pasado por alto. Ví una pequeña placa en un lateral, pegada al mjro del cementerio, una especie de columna con una inscripción justo en la esquina opuesta y que algunas de las coronas, con las flores ya secas, llevaban un lazo con los colores de la bandera republicana. Por lo visto, cuando llegué y me senté en el banco estaba más pendiente de la aparición de la inspiración que de observar lo que me rodeaba. El césped parecía cuidado, limpio de maleza, y los muros del cementerio en aquella zona no tenían desconchones ni grietas, cosa que sí ocurría en el resto del recinto. La pintura blanca relucía al sol de abril con tanta intensidad que dolía mirarla. Se respiraba paz y respeto, como si quisiera compensar todo el dolor y el sufrimiento que aquella tierra ocultaba.
María suspiró, se pasó el pañuelo de papel por los ojos y luego lo estrujó. Se levantó y con paso cansino fue hasta la papelera más cercana, tiró el pañuelo y volvió al banco. Se sentó lentamente y, poco a poco, empezó a contarme todo lo que recordaba. Aunque me había dicho qu tenía mala memoria, de eso nada. Esa mañana y otras muchas más, fue desgranando una historia que, sin duda, se repitió en muchos rincones del país.


- Para que lo entiendas todo, si es que hay algo que se pueda entender de todo lo que pasamos, no puedo empezar por la guerra ni los padecimientos que nos trajo.- Su voz volvía a ser serena, el acento andaluz más patente todavía, y hasta jugaba en sus labios una especie de sonrisa de resignación.- Si nos hubieramos quedado en el pueblo... No, si nos hubieramos quedado en el pueblo seguro que habría pasado lo mismo o peor. Además, puestos a morir ¿qué más daba? En mi familia éramos seis, mis padres, tres niños y yo de los que sólo quedamos los más pequeños. Demasiadas bocas que alimentar y muy poca comida... Espero que tengas tiempo, niña, ¡esto va a durar mucho!

- Si no acabamos hoy, seguimos mañana. Al fin y al cabo, como dice mi abuela, hay más días que ollas.- Le sonreí al tiempo que le pasaba un brazo por los hombros.

mjo

miércoles, 10 de octubre de 2007

LUNES, 8-10-07 Bis (La lluvia y la tormenta)




Menudo lunes! Primero sol, luego viento, una tormenta que ha durado una hora entera y lluvia, lluvia, lluvia... Me ha encantado. Reconozco que me gustan los días con tantos cambios, van con mi estado de ánimo que tan pronto remonta el vuelo como se hunden en la oscuridad. Si hubiera estado en casa me habría quedado tirada en el sofá disfrutando del ruido pero en la tienda es hasta mejor, porque no entra nadie y se puede disfrutar de unos momentos de tranquilidad.


Prometí explicar lo del piso y voy a hacerlo aunque sea rápidamente. No tengo ganas de perder más tiempo con ese tema porque me pongo furiosa. Resumiendo: mi prima llamó a la chica de Adigsa y ésta le dijo que lo que le pasaba es que el piso no estaba correctamente registrado a pesar de estar hecha la escritura a nombre de mis tres primos. Y al parecer todo venía porque un vecino había pasado el aviso y no hace falta ser muy inteligente para llegar a la conclusión de quien ha sido el chivato. La cosa se arreglará poniendo el registro al día con los nombres correctos y avisarán cuando esté todo solucionado. Entonces haremos una reunión con los vecinos y veremos por dónde escapa la cosa porque como este desequilibrado tenga la desgracia de decir lo que no debe ¡se va a enterar de con quién se está enfrentado! El muy capullo... Confieso que lo primero que pensé cuando leí la nota fue que él había dicho algo pero descarté esa posibilidad porque me parecía demasiado absurdo, además de maquiavélico. Y mira tú por donde, ha resultado ser eso justamente lo que ha pasado. No me entra en la cabeza que pueda haber gente tan mala en el mundo, ¿qué le he hecho yo? Ni siquiera paso el tiempo suficiente en casa como para molestarle hasta esos extremos! Debería comprarse una casa en el pico de la montaña, allí fijo que no le molestaría nadie!!!


Y ahora hablemos de cosas más interesantes. Y eso, en mi patético mundo, tiene que ver con Dani. Lo siento, soy muy pesada pero es que necesito decirlo. Ya podeis dar gracias que no cojo el teléfono y os doy la lata a cada tontería insignificante que pasa y os aseguro que pasan muchísimas cada día. Y supongo que por eso decís que últimamente sólo hablo de mí en este blog pero bueno, es que para eso lo hice!


Esta mañana hemos estado solos, Oscar ha tenido que ir al médico de urgencias con Alicia porque ha pasado una noche malísima y estando tan embarazada como está, es mejor tomar precauciones. Aun así, ha sido un auténtica mañana de lunes: larga, asquerosa, aburrida, interminable... aunque mejor de lo normal porque no había nadie que me molestara cuando a mis anchas me dedicaba a espiarle por el rabillo del ojo. Me ha contado lo bien que se lo pasó en las tandas que hizo ayer en Alcarrás, los problemas que tuvo con el freno, cómo hicieron los cambios que necesitaba y lo bien que iba la CBR después de que lo arreglaran todo. Yo, a cambio, confesé mi "momentazo wii" del viernes por la noche en casa de Trix y me ha sorprendido preguntando "¿y tienes agujetas?"; lógicamente le he dicho que sí porque todavía hay momentos en que me duele cualquier movimiento que haga pero lo repetiría porque me lo pasé tan bien que he decidido comprarme una para mí solita. Bueno, para mí y para los que vengan a casa, claro. En fin, a lo que iba... A mediodía me he ido a comer sola. De vez en cuando me gusta hacerlo, disfruto de esos momentos sin tener que hablar con nadie y últimamente no hay manera porque Pepi siempre se viene conmigo y me agobia un poco tanta charla alrededor del trabajo. Después he vuelto a la tienda para no hacer absolutamente nada más que evitar dormirme, estoy tan cansada que a veces me cuesta hasta tener los ojos abiertos, sobre todo después de comer!


Por la tarde ha venido la tormenta, a pesar de que hacía un sol fantástico. De repente ha empezado a nublarse, se ha levantado un viento increible y se ha desatado una batalla en el cielo. Cómo llovía! Y los relámpagos, uno detrás de otro y truenos fuertes durante una hora seguida. Ha sido una pasada... Dani no hacía más que rogar porque la lluvia durara toda la tarde y siguiera por la noche, y yo le he dicho que al menos esperaba que parara hasta llegar a la estación y entonces él me ha dicho "Ah, Montmeló no?". Le he mirado sin saber qué quería decir y me ha explicado que tenía que ir a recoger no sé qué cosa con el coche pero que no le pillaba de camino, que de lo contrario me habría llevado. Yo me he alegrado primero y luego he pensado que vaya rollo porque habría sido genial que me llevara a casa, los dos solos en su coche. No es que pudiera pasar nada pero... habría sido genial. A la hora de salir nos íbamos los dos al mismo tiempo, pero me he dado la vuelta porque tenía la sensación de que me dejaba algo así que me he dado la vuelta para buscarlo. Como siempre, no he visto nada que me olvidara y cuando he vuelto a la puerta, Dani estaba allí como si me esperara (vale, sé que no es así pero me gusta pensar que sí!). Nos hemos ido juntos, porque él iba andando. Primero me ha dicho que se había olvidado los auriculares del móvil y como yo llevaba los míos se los he dejado porque yo llevaba el mp3. Al llegar al semáforo, Dani ha seguido andando y yo le he dicho adios porque creía que no íbamos por el mismo camino, me ha preguntado por dónde iba y resulta que era el sitio al que él iba a coger el coche. Así que me ha devuelto los auriculares y me ha dicho "así podremos ir hablando" y a mí de poco no me da un pitango en plena Diagonal! Hemos ido juntos hasta su parking, hablando (sobre todo él) y al llegar nos hemos despedido con un "hasta mañana". Me he ido hasta la estación como flotando en una nube, sonriendo como una tonta por absolutamente nada, absurdamente feliz. Tanto, que me he pasado la estación de mi pueblo y me he tenido que bajar en Granollers para dar la vuelta. Y hacía frío, porras! Pero no me importa, me ha encantado tenerle al lado caminando por la calle. Hacemos buena pareja, jejeje... Se va de vacaciones el miércoles y no le veré hasta la semana que viene así que serán unos pocos días aburridos sin él pululando por la tienda pero bueno... Así tendré tiempo de pensar la mejor manera de recordarle que me debe una cerveza por nuestra apuesta futbolística, a ver si consigo que acepte un día de estos que no tenga nada que hacer al salir de la tienda.


Quisiera no dejar volar la imaginación sobre ese momento pero no me sale, se me escapan los persamientos continuamente. Si la mitad de las cosas que mi mente piensa se hicieran realidad... Madre mía!


mjo

lunes, 8 de octubre de 2007

LUNES, 8-10-2007 (Melancolía)




De latir mi corazón se ha parado... El otro día, que andaba buscando pelis para descargar, ví este título en no sé qué página y me encantó. Sugiere pena, soledad, abandono y desesperanza. No es que una esté así en este momento, es simplemente que se me quedó grabado en la cabeza aunque decidiera no buscar la película. Y le he dado vueltas porque me parece la frase perfecta para un poema de desamor, que podría muy bien sonar tal que así:

De latir, mi corazón se ha parado.
De llorar, mis ojos se han secado.
De añorar, mi memoria se ha borrado.
De desear, mis manos se han agrietado.
De amarte, de sentirte,de oirte, de verte,
de respirarte, de saborearte, de perderte...
Este cuerpo no aguanta más la ausencia,
mi cabeza es un eco de llanto y pena.
Que pare el tiempo y te traiga de nuevo,
para que el alma de la noche no sienta
tanta soledad en nuestra luna llena.

Venga drama... Está visto que a mí lo que me va es escribir sobre tristezas, qué asco! Ni siquiera cuando estoy más o menos bien consigo que me salga un poema alegre!!!

Cuando vuelva esta noche a casa ya contaré cómo acabó lo del piso. Vaya por delante, para despejar las posibles incógnitas, que parece ser que mi adorable vecino tiene algo que ver o, al menos, eso es lo que le dijeron a mi prima cuando llamó a la tal Marta. De estar hechita una pena pasé a sentirme furiosa; fui una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde en versión femenina. Os juro que si me llego a encontrar a ese tipo en la escalera al volver a casa, me tiro al cuello, me arranco un trozo y luego lo escupo. Cómo puede alguien ser tan malo? Si yo no le doy motivo, no paso el tiempo suficiente en el piso para molestarle tanto!!!! Bueno, que os lo cuento luego, vale?

Y en cuanto a Dani, deciros que esta semana sólo le veré dos días. Se va de vacaciones otra vez... ¿o eso ya os lo conté? Ay, qué memoria! Sabeis qué? Mejor lo consulto esta noche en el portátil y ya veré lo que os puedo o no contar mañana, sin repetirme.

Besos!

mjo

P.S. De todas formas, no quiero despedirme sin deciros que ayer murió Norick Abe, un ex-piloto de motociclismo. Iba en motocicleta de vuelta a su casa, en Japón, y chocó contra un camión. Que yo sepa, ya no estaba en activo (al menos en el Mundial de Velocidad) pero lo recuerdo como un tío tranquilo, muy poco kamikaze, al que siempre le asomaba la coleta o el pañuelo por debajo del casco. Mi abuela lo confundía con una chica! E.P.D.

jueves, 4 de octubre de 2007

MIERCOLES, 3-10-07 (Problemas, problemas, problemas)

Está visto que no puedo pasar un solo día sin preocupaciones. Justo cuando veía que las cosas se iban poniendo un poco en su sitio, pam! A tomar por saco mi tranquilidad y vuelta a empezar a darle vueltas a las cosas. Y esta vez nadie puede decirme que no tenga motivos ni que esté exagerando!

Resulta que cuando he llegado a casa, tenía un papel dentro del buzón. Yo pensaba que sería otra revisión del ascensor, pero cuando lo he cogido se me ha parado el corazón por un momento. Es un papelote de Adigsa, y en la parte inferior había una nota escrita que reza tal que así: "Soc Marta, d'Adigsa. Truca'm quan arribis a casa, m'han dit que la titular es morta" y un número de móvil. No tenía ni idea de lo que iba la cosa, pero como en el membrete del papel pone algo de la Generalitat se me ha helado la sangre. He llamado a mi prima y me ha dicho que esa compañía es la constructora de los pisos, así que me temo que van a haber problemas. Llamará mañana y a ver qué le dicen, pero tampoco se ha quedado tranquila ¡y yo estoy que me subo por las paredes de los nervios y la preocupación! Qué es lo peor que podría pasar? Que tuviera que irme del piso porque realmente no puedo estar aquí? Eso es terrible, no quiero hacerlo. Me he acostumbrado a vivir aquí, sola, a mi aire y en mi ambiente, y tener que volver a casa de mis padres se me hace un mundo (lo siento Sonia, ni se te ocurra decírselo a los papas!) aunque en el fondo me consuela el hecho de tener algún sitio al que ir si no me queda más remedio. Joder, es que siempre tiene que haber algo que me estropee las cosas, algo que se escapa de mis manos y lo pone todo del revés. Esto es un desastre... pero no voy a... perder los nervios antes de saber qué pasa de verdad aunque ya me temo lo peor. Lo siento, soy yo, no puedo evitarlo.

Si quereis saber algo de Dani, sólo deciros que no ha habido pago de la apuesta. Gané yo. Esta mañana, cuando ha llegado, esperaba que me dijera algo y sólo ha dicho que podían haber metido unos cuantos, a lo que yo he contestado "sí, pero no lo han hecho..." y eso ha sido todo. La verdad? No es que no me importe, pero ahora mismo tengo otras cosas más importantes en la cabeza. Lo siento, por esta noche no tengo más ganas de hablar de este tema.

mjo

P.S. Ah, por cierto, a Luisa le ha tocado uno de los pisos de protección oficial. De Noe, que también estaba en las listas para cuatro sorteos, todavía no sé nada.

miércoles, 3 de octubre de 2007

MARTES, 2-10-2007 (Un partido de fútbol, una apuesta...)

Me parece mentira que después de la tarde horrorosa que he tenido, en la que he acabado convencida de que iba a llegar a mi casa y a llorar como una descosida, ahora mismo esté viendo el partido del Barça con una enorme sonrisa. Y no tiene nada que ver que vayan ganando 0-2 al Sttutgart (o como se escriba). Bueno, eso también influye pero no es, ni de lejos, el motivo principal de esta alegría que ahora mismo siento.

Primero lo triste. Ha vuelto a ser un día de perros en la tienda; demasiado trabajo, demasiada gente, demasiado ruido... Demasiado de todo! Durante unos momentos me he planteado quedarme a mediodía a ver si conseguía quitarme algo de la faena acumulada de encima pero al final he salido corriendo al gimnasio, a ver si conseguía quemar un poco de la rabia. No había máquinas libres y no me apetecía esperar a que acabaran, así que me he cascado media hora de bicicleta que me ha dejado las piernas tembleques y me ha sentado bien. Ya veremos mañana, cuando quiera salir de la cama y no pueda hacerlo sin quejarme! Por la tarde ha vuelto a ser un pequeño infierno terrenal y el tiempo no pasaba lo suficientemente rápido. Y sin embargo, lo peor estaba por venir. Ha llegado una chica que ha saludado a Dani como con mucha familiaridad y a mí se me ha encendido la luz de alarma. Han hablado durante unos minutos (él estaba con un cliente en la mesa) y cuando se ha ido lo único que me ha faltado para que me sintiera fatal es que Oscar saliera del despacho y me hiciera un gesto como diciendo "ay, esta chica y Dani...". En ese momento no he podido hacer otra cosa más que sonreirle como si me importara un pimiento el hecho, cuando en realidad estaba gritando por dentro!!!! Y entonces los minutos han empezado a pasar todavía más despacio mientras yo me preguntaba si sería capaz de aguantar sin soltar las lágrimas que me tragaba. Era un dolor casi físico y no contribuia el hecho de saber, en lo más hondo de mí, que seguramente no tenía por qué sentirme así pero al perro flaco todo son pulgas ¡y yo soy una paranoica! A veces me da miedo lo fácilmente que me hundo en la desesperación... Total, que la tienda estaba a petar a las ocho menos cuarto y yo no me he movido de mi mesa porque tenía facturas por hacer y pocas ganas de hablar con nadie. La cuestión es que justo a tiempo todo el mundo se ha ido y se ha producido la siguiente conversación:


Dani: ¿Has visto que tranquilo he estado toda la tarde? Y eso que juega el Barça...
Yo: Bueno, al final va a ser que te sienta bien tener tanto trabajo.
Dani: Qué va, lo que pasa es que estoy seguro de que les vamos a meter un repaso!
Yo: Hala, ya has hablado de más! Verás ahora el revolcón que nos pegan...
Dani: Ya verás, te pasaré un mensaje con cada jugada de Messi. Bueno, mejor con cada gol porque si no me dejare el saldo...

Y algo más que no recuerdo. Cuando han dado las ocho, me he puesto la chaqueta y he salido por patas porque necesitaba hablar con Noe para que me dijera que sólo veo fantasmas y me devolviera un poco de la cordura que había perdido. Estando ya en la estación, se me ha ocurrido que podía mandarle un mensaje a Dani con una apuesta sobre el partido. Después de consultar a mi consejera (o sea, Noe), que me ha dicho que ni me lo pensara y lo hiciera, me he puesto manos a la obra y esta es la sucesión de mensajes:

Yo: Una apuesta? Más de tres goles y yo te pago una cervez (o más, ya veremos). Menos de tres, pagas tú. Trato hecho?
Dani: Pero todos de Messi? Jajaja! (y yo he pensado que no sabía cómo decirme que no!)
Yo: O de Henry... que resulta que también marca de tres en tres! Si o si? (y mientras lo escribía me ha llegado un mensaje que decía...)
Dani: O sea, tienen que ser cuatro... Está difícil pero acepto... (taquicardia intensa! Y cruce de mensajes)
Dani: Ahí estamos. No va a ser fácil pero sí. De momento estoy en la calle esperando que venga el colega o sea que de momento no lo veo empezar, jajaja!
Yo: Ten amigos... Dale un capón cuando llegue. Ya ha empezado.
Luego he llegado a casa justo cuando el partido se ponía interesante. Ha habido una jugada que casi ha acabado en gol y he recibido otro mensaje:
Dani: Ahí va el primer aviso...
Yo: Y quién ha sido? Qué jugada! Se ve que esperaban que yo me plantara en el sofá.
Dani: No no. No ha sido gol. Henry...
Yo: Ya, pero ahí estamos! Porque la apuesta no era con el Sevilla, no? Jejeje... (porque el Sevilla ya iba ganando por dos a uno)

Al final el partido, el resultado ha sido de cero a dos, con lo cual yo gano! Le he enviado otro mensaje que dice " Eh, que lo que duenta es que han ganado! Y yo también! Ya me dirás cuando pagas la deuda. Nunca había ganado una apuesta! Mañana hago la primi, por si acaso..." pero no ha contestado. Y sabes qué? Que me da igual! Me da igual porque he andado un pasito hacia delante y, en contra de lo que yo pensaba, Dani no ha salido corriendo hacia el otro lado. Quizás no signifique nada o quizás sea un principio pero es algo... El qué ya se verá. Joder, qué noche!!!! Y eso que no ha pasado nada de nada. Os imaginais si realmente ocurre algo? AAAAAAAAARRRRRRGGGGGGG!!!!

mjo

martes, 2 de octubre de 2007

LUNES, 1-10-07 (Crisis existencial... o ha llegado el otoño)










Es que no lo sé, lo prometo, pero la semana pasada no fue precisamente una maravilla para mí. Me pasé los días de un estado de ánimo a otro y ninguno era bueno. Además, yo lo sabía. Sin embargo confiaba que esta semana sería diferente pero de momento sólo llevo un día y la cosa pinta igual de mal ¡sino peor! Esta tarde he tenido que meterme varias veces en el despacho, aprovechando que no había nadie, y respirar hondo hasta que las ganas de llorar se calmaban. No se iban pero al menos podía controlarlas un poco. De todas maneras, según se iba acercando la hora de cerrar y veía que la tienda estaba llena de gente el mundo se me caía encima porque necesitaba salir de allí y tenía claro que no iba a poder hacerlo a tiempo. Rafa a venido a recoger la moto y no he podido estar por él, cuando me habría encantado verle mientras Dani le explicaba el funcionamiento de la moto. Al final, cuando ya tenía todo y estaba a punto de irse, me he olvidado de todo y me he ido con él a la moto para despedirme. Qué día más tonto, por favor...

Y ni siquiera sé qué me pasa!!!! No es Dani, no es que me sienta sola en casa, no son mis amigas, no es mi familia... ¿Es el trabajo? La verdad es que últimamente se me vuelve a acumular la faena y empiezo a sentir de nuevo que no llego a donde debería llegar, que teno demasiadas cosas que hacer y muy poca ayuda y he descubierto que todavía no he aprendido a pedir socorro antes de ahogarme, y sé que no es la actitud correcta pero qué puedo hacer. Ay, no sé, no sé nada de nada. Temía que cuando llegara a casa esta noche me iba a convertir de nuevo en una llorona insoportable pero no, no lo he hecho. Confieso que cuando Rafa me ha llamado para decirme que había llegado bien a casa (si, ya sé que no soy su madre pero...) y luego he hablado con Trix me ha faltado muy poquito pero ni tirada en la cama lo he hecho. Va a ser que no estoy tan mal, entonces... Y si todavía tengo que tocar fondo ¡miedo me da!

Dani sigue siendo un tema difícil de llevar. Por las mañanas, cuando entramos, ninguno de los dos estamos comunicativos. Entre que hay que ir rápido para preparar matrículas y las documentaciones de las motos que hay que entregar, no tenemos demasiado tiempo para hablar ni, sinceramente, para nada. Las cosas cambian después de desayunar. Es como si de repente despertáramos de todo y nos viéramos, que estamos ahí. No es que pase nada interesante ni indicativo pero... No sé cómo explicarlo. Esta mañana hemos ido a toda pastilla, como siempre, pero luego se ha roto el hielo y las cosas han empezado a fluir. Me ha dicho que después del accidente que tuvo el viernes (leve) tenía la rodilla morada y me la ha enseñado para que la viera. Después ha intentado hacer una financiación con el nuevo sistema y ha sido divertido hasta que han salido todas las complicaciones del mundo porque piden casi casi un certificado de ADN de la persona y toda la familia. Y por la tarde, simplemente, todo se ha ido a la porra con tanta faena. A veces me gustaría que durante unas horas nadie entrara en la tienda, para poder hacer las cosas con calma y disfrutar de los momentos de paz que, por escasos, son tan valiosos. Aunque debo decir que siempre hay algo que vale la pena, por pequeño que sea el detalle y por muy poco importante que parezca a los ojos de la gente. Hoy lo que brilla entre tanto desastre es lo fácil que me salen las cosas cuando alguien me "reta", lo sencillo que me parece decir justo lo que estoy pensando si hay quien me dice "a que no lo haces" y sus reacciones, que son capaces de dejarme en un estado de encefalograma plano muy poco digno de una persona de mi edad. Esta tarde ha sido por culpa de Rafa, me parece que le voy a decir que venga todos los días para ver si consigue que haga algo interesante por una vez en la vida! Resulta que con tanto remeneo, ha acabado por salírsele la camisa de los pantalones por la parte de atrás. Reconozco que eso me pone, verle descamisado me produce pensamientos muy poco virtuosos. Hoy ni siquiera me había dado cuenta pero Rafa me lo ha dicho y yo le he contestado que a mí me daban ganas de remetersela otra vez, pero aunque hace poco que nos conocemos, él (igual que Trix) sabe por dónde voy a salir y me ha dicho un "ja!" que me ha tocado la moral, en serio. Así que como he salido a mirar cómo estaba una moto y Dani iba por delante de mí, le he dicho "Dani, me están dando unas ganas de meterte la camisa por dentro de los pantalones..." o algo así. Y este chico que me reacciona como yo no espero, va y me suelta "pues mira" y acto seguido se ha sacado toda la camisa regalándome una visión privilegiada de su estómago que me ha dejado ko para lo poco que quedaba de la tarde. Por suerte para mí, son estas las pequeñas cosas que hacen que valga la pena estar por ahí... aunque sea a ratos. Claro que puede ser que lo haya hecho para evitar que me acercara demasiado? Ay, deja de pensar!!!!

La semana que viene estará de vacaciones pero no se va a Marruecos. Yo pensaba que eso significaba que se iría a Elche, y ya sabéis lo poco que me gusta esa idea. En el fondo, sigo empeñada que por ahí abajo hay alguna tiparraca lanzando redes sobre Dani aunque cada vez lo creo menos. Sin embargo, me ha dicho que se irá a León a ver a un amigo y que se va solo, así que me quedo más tranquila. Vale, que teneis razón, que en León también hay mujeres y eso siempre es un peligro pero... Sea como sea, será una semana sin verle y eso ya es suficiente como para estar un poco depre ¿no? Habrá que recurrir a los mensajes a ver si pasa como en agosto y me responde con una llamada ¿o mejor me estoy quietecita y actúo cuando lo tenga delante para ver cómo reacciona? Uf, creo que me voy a dormir. Empiezo a desvariar y eso no puede ser bueno.

Mjo