DOMINGO, 29-03-09 (No es bueno pensar tanto...)

La vida es sueño y los sueños… sueños son. ¿Qué tiene de malo soñar? Mientras no se pierda contacto con la realidad, nada. A veces, necesitamos cerrar los ojos y sentir que estamos lejos, quizás en otro tiempo y lugar, con personas que no conocemos o con quien hemos pasado momentos muy felices, personas con las que desearías pasar un solo instante otra vez. ¿Cúal es tu lugar secreto, ese lugar al que te escapas cuando quieres estar a solas contigo? Un valle lleno de flores, con un riachuelo de agua fresca; una playa desierta, sin más horizonte que el mar y el cielo despejado de nubes; una biblioteca vacía, sólo los libros, sus historias y tú; un circuito de motos, en la línea de meta, los semáforos que se encienden poco a poco, justo un segundo antes de la señal de salida, con los motores que rugen al ritmo de tu corazón y la adrenalina que se dispara en cuanto llegas a la primera curva antes que los demás; una tienda de ropa de marca, sin clientas que molesten, con todos los modelos a tu disposición y tú con una talla perfecta; una pastelería llena a rebosar de pasteles de chocolate, de mousse de limón, de turrón, de nata, de diminutas piezas de repostería; la sala de un gimnasio con todas las máquinas esperando a ser usadas por ti; la plaza de un pueblo medieval con las calles engalanadas para una fiesta y tú con un maravilloso vestido de terciopelo rojo o disfrazada de guerrero celta; un tren que llega a su hora por una vez, donde puedes sentarte en el sitio que más te gusta sin tener que compartirlo con el mirón de turno que no quita ojo de a) tus pechos o b) lo que estás escribiendo/leyendo/mirando; un coche deportivo descapotable y una carretera desierta, con las mínimas curvas posibles, tu música favorita en los oídos y el sol y el viento en la cara; una sala de conciertos con el grupo que sigues a muerte, lo hagan mejor o peor que en el último disco, que toca solo para que tú los escuches y cantes sus canciones, por supuesto con una voz maravillosa; un bar con mesa de billar, donde puedas hacer el ridículo todo lo que te de la gana porque necesitas veinticinco golpes para meter una bola en el agujero que toca; el lugar donde trabajas, sin teléfono ni clientes ni compañeros plastas ni jefes irritantes; la sala de un cine, tu película preferida de todos los tiempos en la pantalla, una máquina de palomitas y otra de Sprite al alcance de la mano…

Dime qué sueñas, dime qué deseas, dime qué hay que hacer para perseguir un sueño y convertirlo en realidad. Dime en qué momento los sueños se transforman en obsesión y empiezan a hacer daño, cuándo lo que tanto deseas te lastima y casi sangras como si fuera una herida real y no imaginaria. Contra eso no hay puntos que valgan, no vendrá ningún médico a ponerte sutura ni darte una pastilla para que se aturda el dolor.


Esto lo escribí en septiembre del año pasado y ahora, que por casualidad me lo he encontrado en el portátil, me pregunto qué porras era lo que tanto daño me estaba haciendo. ¿Dani, todavia? Podría ser, por las fechas pero ni siquiera recordaba haber dicho tantas tonterías! Definitivamente, no es bueno pensar tanto y menos ponerlo por escrito. Mejor me voy a dormir! Mañana es la primera carrera del Mundial de F1, bien tempranito, y luego es lunes otra vez. Será una semana muy larga... El domingo son las SBK en Cheste y vamos a ir a verlas. Bueno, a VERLE... Bueno, a verles a todos!!! Ay, ya estoy otra vez pensando demasiado! Buenas noches!

Mjo