"Podría dibujar de memoria la forma de tu boca"... ¿Cómo puede una sola frase decir tantas cosas? Es un puñado de palabras en mitad de una película, un montón de letras que le dan la vuelta a un argumento que hasta ese momento no me decía demasiado. Ahora gira, está avanzando hacia no sé dónde: un adolescente con problemas legales, un marido que no ama a su mujer y se enamora de la costurera, una esposa perdida en las lagunas mentales de su hija, una niña que salta y grita y no duerme casi nunca. ¿Pueden ser vidas reales? Han salido de la cabeza de alguien, para alguien han sido cuando menos creíbles, pero se parecen tan poco a la mía, a las que conozco, que me resulta difícil verlas más allá de la pantalla. No puedo imaginarlas como personas de carne y hueso... Al final, todo se resume en amores y desamores, en deseos y frustraciones, en ansias insatisfechas, traiciones, renuncias, derrotas morales. Quizás, en el fondo, sí que sea un poco real.
Hace dos días que llueve. Hoy ha parado a ratos pero empieza una y otra vez. Me encantaría volver a ver la luz del sol, que caliente de verdad y no sólo a través del cristal. Por todo el país nieva, el frío tiene otro aspecto más limpio; aquí el barro lo ensucia todo.
Las Navidades han llegado y se han ido y han sido igual que siempre: come, bebe, sonríe, habla, finge que todo va bien, ponte los tacones más altos que encuentres, píntate los labios de rojo, canta, baila... sígueles. ¿Cómo eran cuando nosotros éramos pequeños? Las recuerdo alegres, luminosas, llenas de risas y de canciones y nadie parecía seguir un guión. De un tiempo a esta parte, parece una competición absurda a ver quién finge mejor que su vida es perfecta, mientras nos tiramos dardos envenenados por debajo de las sonrisas. Qué estupidez... Menos mal que es sólo una vez al año, tanta hipocresía es difícil de soportar con cierta frecuencia.
Mjo
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