LA VIDA NO SE MIDE POR LAS VECES QUE RESPIRAS, SINO POR AQUELLOS MOMENTOS QUE TE DEJAN SIN ALIENTO.

PIERDE EL MIEDO, DA UN PASO ADELANTE...

viernes, 30 de noviembre de 2007

JUEVES, 29-11-07 (Un jueves cualquiera)

Exactamente eso, un jueves cualquiera pero ¡qué jueves! Una se levanta de buen rollito por la mañana, llegas al trabajo dispuesta a tomarte las cosas con filosofia y a llegar hasta donde puedas, y antes de que te des cuenta ¡zas! Llegan los de fábrica y te desmontan el chiringuito, echándote la culpa de absolutamente todo y diciéndo que, encima, te quejas continuamente y sin motivo. ¿A que es genial? Pues así ha sido. Luego, todo son prisas, buscar maneras de solucionarlo, preguntárse si realmente tienen razón, enfadarte cuando ves que no la tienen y, en fin, un día de trabajo infernal. Cuando algo va mal, todavía puede ir peor. Triste pero cierto.

He leído y releído lo último que escribí y me rindo a la evidencia de que no puedo, de que no sé cómo dejar atrás todo este asunto de Dani. Y además acabo de descubrir que no quiero hacerlo. No es gracioso? Tantas quejas, tantas determinaciones y tanto revuelo para acabar reconociendo que no quiero dejar de sentir estas cosas. Durante los meses que pasaron entre que le dí carpetazo al asunto Juanma y el notar que Dani me hacía algo más que un poco de gracia, no recuerdo grandes momentos. Seguramente habría algunos, fijo que sí, y no me refiero sólo al hecho de que me fui de casa y empecé de nuevo en otro sitio por mí misma. Vamos, si olvido eso es que estoy para que me encierren ya! Pero dejando a un lado algo tan importante, no soy capaz de recordar una cena, una salida, un sábado por la noche sola en casa, un día en la tienda que fuera diferente a cualquier otro. Sin embargo, desde aquel lejano día de mayo en que pensé que a veces me lo comería, no pasa un sólo día en que no haya algo para recordar. Cosas buenas, cosas malas, incertidumbres, alivios, enfados, esperanzas, desesperanzas... De todo un poco. Por mucho que busque no me arrepiento de nada. ¿Cómo puedo arrepentirme de volver a sentir emociones que creía olvidadas? Llegar al trabajo y no saber qué te espera (dejando a un lado lo mucho que tengo que hacer y a lo que no llego, claro), si se acercará un poco más, si dirás algo que le haga sonreir cuando esté triste o enfadado, si de repente te recordará algo que dijo hace mucho tiempo y que creías que había olvidado, que te mire buscando apoyo, que le pidas un favor y diga que sí... Que te acompañe hasta la estación o te diga buenos días en el semáforo antes de entrar. Son tonterías y sí, puede que parezca una quinceañera loca y tonta, pero me siento viva y eso no se paga con dinero. Y si nunca pasa nada, al menos podré sentarme un día y recordar lo bien que llegué a sentirme con una simple frase. Y si pasa algo y ese "algo" es bueno... mejor que mejor. A veces me parece que Trix tiene razón, que él está esperando, que tiene miedo y que quizás empieza a perderlo. Esta semana, que había empezado a pasar un poco más de él, resulta que Dani me busca para contarme cosas cuando yo ando metida en mis papeles y aislada del mundo exterior. Me sonríe continuamente, me pregunta cosas, me cuenta historias, me hace bromas que podrían decirse que esconden segundas lecturas, me roza a veces cuando pasa por mi lado y yo he perdido ese miedo tonto que no me dejaba tocarle como por casualidad, pone cara de fastidio cuando hoy le hablábamos de los italianos del restaurante, me siento en su mesa (encima de su mesa) cuando me explica algo del trabajo y hoy, que he vuelto a ponerme la falda de colegiala, le he pillado mirándome las piernas... Me gusta lo que soy cuando él ronda por allí, me gusta sentirme como me siento porque es bonito aunque pueda parecer ridículo. Joder, estoy enamorada, ¿y qué? Esto es lo que soy, esto es lo que siento.

mjo

No hay comentarios: