LA VIDA NO SE MIDE POR LAS VECES QUE RESPIRAS, SINO POR AQUELLOS MOMENTOS QUE TE DEJAN SIN ALIENTO.

PIERDE EL MIEDO, DA UN PASO ADELANTE...

miércoles, 22 de agosto de 2007

MARTES, 21-agosto-07

Creo que ya sé por qué ayer estaba tan chafada y con tan pocas ganas de absolutamente nada. Me he despertado de madrugada con un terrible dolor de ovarios y es que ya estamos en esos días en los que no me gusta nada de nada ser mujer. Menos mal que dura poco... No es que tenga la cabeza mucho más clara y, bien mirado, visto desde fuera puede parecer una mera excusa pero yo sé que en algo influía. Además, está el tiempo como una cabra: para estar en estas fechas, hace viento y frío, llueve un día sí y al otro casi que también y estoy un poco hasta el moño. Y estoy cansada, leche, que he tenido nada y menos de vacaciones!

Me quedé en la extraña sensación de que no estaba como unas castañuelas a pesar de verle, después de tres semanas, ¿no? Bueno, la verdad es que fue así. Creía que iba a estar sonriendo todo el día, escuchando lo que quisiera contarme y preguntando cosas, pero no lo hice. Era una situación tan tonta, como si los dos estuvieramos cohibidos y yo, ciertamente, lo estaba. De repente empecé a darle vueltas a las malditas llamadas y la ausencia de las mismas, a analizarlo todo casi con lupa y a estar harta de todo. Después de desayunar las cosas mejoraron un poco, yo decidí tomarme las cosas con algo más de calma (lo cual no era difícil, claro) y parece que el ambiente dejó de estar tan cargado de una tensión que posiblemente yo creaba y solo yo podía percibir. Antes de irse a mediodía, ya me había explicado algunas cosas de sus vacaciones y hasta había visto el video de unos fuegos artificiales espectáculares que hacen en Elche, sentado en mi mesa. Confieso que me quedé un poco más tranquila, por un momento pensé que había resultado ser un espejismo todo ese montón de sentimientos y, en realidad, todo era falso. Por la tarde fuimos trabajando a medias, como hemos hecho siempre que hemos estado solos. Hacemos un buen equipo, él y yo, al menos laboralmente! Triste consuelo, jejeje... Y para la hora de irme, casi todo había vuelto a su cauce. No sentía un entusiasmo arrollador pero... tiempo al tiempo.

Dos cosas para analizar del día de ayer: por la mañana vino su madre a la tienda; yo la había visto alguna que otra vez por allí pero siempre me olvido de su cara y hasta que no le veo hablando con ella no soy capaz de identificarle. Cuando llegó se quedó al lado de la columna, esperándole, y me dijo hola como si me conociera. Yo le respondí al saludo y le sonreí, como hago siempre. Al cabo de un rato, mientras él atendía a algún cliente de los muchos que nos dieron la lata (y siguen haciéndolo!), ella se sentó en su mesa y cuando pasó un rato sin que él pudiera hacerle caso, se acercó a mí y me llamó por mi nombre. Necesitaba unas fotocopias para su hija y me preguntó si podía hacerlas yo ya que él estaba liado. En ese momento sí que supe quién era. Le preparé lo que necesitaba, ella se sentó a mi mesa para acabar de preparlas y luego se despidió de mí. Al poco de irse, recordé que me había dicho "¿tú eres María José?" y yo ni le dí un segundo pensamiento, pero con lo que a mí me gusta darle vuelta a las cosas, más tarde no pude evitar preguntárme cómo porras sabía mi nombre. En el fondo supongo que no tiene importancia, él también debe contar alguna cosa de la tienda y hablará de su compañera de trabajo igual que yo hablo de él y de los demás con sus nombres; además, conozco a dos de sus hermanos y a su mejor amigo. Lo que pasa es que... no sé, me da que pensar y eso es justo lo último que tendría que hacer. La segunda cosa es que por la tarde vino su amigo; cuando llegó yo estaba atendiendo a un cliente en la mesa pero en cuanto se levantó, me sonrió y vino a sentarse conmigo. Me preguntó qué tal habían ido las vacaciones, fuimos hablando mientras yo punteaba un listado de los muchos que estoy repasando estos días y tampoco tenía necesidad de hacerlo, creo. Anoche no lo pensé, estaba tan cansada que cené, me senté delante del ordenador y no fui capaz de ordenar mis pensamientos. Pero ahora... ahora pienso un poco en eso y le veo un sentido que quizás no tenga pero... ¿y si lo tiene? Me gustaría que alguien me dijera "estás loca, no significa nada, ves lo que quieres ver" y creerlo pero, por mucho que en el fondo sepa que es así, no puedo evitar creer que sí es algo a lo que aferrarme. Poco no, poquísimo y posiblemente nada pero siguiendo con este "modus operandi" que tengo últimamente, voy a sentarme y a recrearme pensando que sí, que no me equivoco pero sin perder el mundo de vista. Menos es nada ¿no?

Hoy lo he pasado mucho mejor, hemos hablado más y poco a poco vamos recuperando el ambiente que teníamos antes de que se fuera. El buen rollo empieza a fluir y hablamos, nos reímos y ya no me siento rara estando sola con él en la tienda. Por primera vez desde que ha vuelto, he pensado aquello de "le voy a pegar un mordisco...!!!!" y a sentirme flotar cuando dice mi nombre y casi he respirado tranquila. Uf, qué susto, creía que yo ya no era yo!!!!! Ya vuelvo a ser ridícula, noña, tonta y, en fin, yo en todo mi apogeo. No me importa, de verdad, aunque a veces me pregunte a dónde me lleva todo esto y me responda que, posiblemente, a ningún sitio... Bueno, al menos no me quedo parada. No es que vaya corriendo como las cabras pero tampoco estoy parada. Y alguna vez tendrá que ser "mi vez", digo yo, ya que no me toca la ONCE ni la primi ni la lotería ni el gordo ni nada de nada. "Desgraciado en el juego, afortunado en amores", dicen. Pues a ver si se cumple ese dicho porque hasta ahora, el único refrán que he comprobado que es cierto es aquel según el cual lo que no mata, engorda. Y de qué manera, señores!

Mjo

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