LA VIDA NO SE MIDE POR LAS VECES QUE RESPIRAS, SINO POR AQUELLOS MOMENTOS QUE TE DEJAN SIN ALIENTO.

PIERDE EL MIEDO, DA UN PASO ADELANTE...

jueves, 23 de agosto de 2007

MIERCOLES, 22-agosto-2007

¿Qué significan las palabras, las que se dicen y las que se creen escuchar? ¿Quiere decir algo una frase medio murmurada? ¿En qué punto hay que trazar la línea de división para detener los pensamientos? Y si somos capaces de encontrar ese punto de inflexión ¿cómo reconocerlo? Y los gestos ¿cómo interpretar una mirada, una sonrisa? ¿Se pueden leer los sentimientos a través de los ojos de la persona que los siente, aunque se empeñe en ocultarlos? Ah, basta, me estoy volviendo loca!!!!!

Hoy me ha faltado muy poco para declarar mi juego; a veces siento que pierdo el control, que debería perderlo para salir de esta situación de sospechas, desilusiones, disimulos y alivios continuos. Es agotador mantener el tipo de "no me importa lo que me cuentes, no eres más que mi compañero de trabajo" cuando lo que de verdad quiero es saber si hay algo más que eso. A veces pienso que debería plantarme delante suyo y decírselo sin más. A partir de su respuesta (que sería perfecto que no fuera una carcajada o una mirada de susto...) yo ya sabría a qué atenerme, si merece la pena el esfuerzo o si mejor pongo un punto y final a todo esto. Pero también sé que es inútil que me plantee algo semejante, jamás seré capaz de hacerlo de una manera tan... ¿fría, calculada, impersonal? No va conmigo, esa es la verdad.


Lo cierto es que hay el suficiente trabajo como para que no podamos conversar con más o menos tranquilidad. Hoy ha llovido durante casi toda la mañana y hemos estado relativamente en paz, yo con mis listados y mis contabilidades y él con financiaciones y matrículas. A última hora de la mañana, cuando quedaban diez minutos para cerrar y nos habíamos quedado solos por fin, ha salido del despacho y se ha sentado en mi mesa, justo enfrente mío. El corazón me ha pegado un salto en el pecho, he buscado una sonrisa que quería decir algo así como "¿pasa algo?" y él sólo me ha sonreído, provocando otro salto porque, por un instante, esta imaginación juguetona mía me ha hecho pensar que iba a pasar algo importante, que me iba a decir algo sobre nosotros pero me he equivocado. Mi intuición debe andar de vacaciones por las antípodas, puñetas... Me ha explicado cosas que ha hecho durante las tres semanas que ha estado por ahí y justo cuando mejor estábamos ¡bam!, en la radio han anunciado las 13'30 y se ha ido. Me he quedado chafadilla, sentada en la silla pensando lo tonta que soy, deseando decirle que se quedara, que nos fuéramos a comer por ahí los dos pero, como hago siempre, me he callado. Idiota, definitivamente idiota. Todo lo que me digan, me lo merezco... Cuando ha vuelto también hemos hablado un rato; me ha contado el caso de "una amiga" de Elche que tiene una especie de acosador que no la deja en paz. El tipo en cuestión es su ex-novio, y no para de llamarla, va a la puerta del trabajo y de su casa para vigilarla y la pobre no sabe que hacer. Le ha pedido ayuda y "tunuca", que tiene ese pequeño defecto que es ser buena persona, ha intendado que le restrinjan las llamadas al capullo o que hagan algo en ese sentido desde la compañía de móvil, pero no es posible. La cuestión es que me ha estado diciendo que la chica está tan desesperada que se ha planteado quedar con el acosador pero él le ha dicho que no lo haga sin que haya nadie, que se espere a que él baje para ir al mismo sitio y vigilar por si la cosa se pone chunga, lo cual me parece lo correcto y así se lo he dicho. No puedo evitar recordar lo que Sonia pasó con Fran, el miedo que todos teníamos de que cualquier día se le cruzaran los cables (todavía más, quiero decir) e hiciera algo que tuvieramos que lamentar para el resto de nuestras vidas. Lo que pasa es que después, cuando ha empezado a haber gente y yo he vuelto a mi mesa para meterme en mis cosas, esa imaginación ha vuelto a las andadas y ha empezado a decirme "es ella, es la chica que le gusta y por eso se preocupa tanto por ella, si no para qué, sabe que te gusta y te da pistas para que tú solita te desilusiones"... y me he enfadado conmigo misma por ser tan boba. Vale, es un argumento válido de cierta manera pero ¿por qué, por qué siempre tengo que interpretarlo todo de la peor forma posible, por qué todo lo veo como perdedora? Es desesperante!!!!! Pero no he llegado a casa y me he deshecho en llanto, y eso es positivo. ¿Será que estoy madurando? Más bien creo que la culpa de que, a pesar de todo, siga creyendo la tiene una de sus frases enigmáticas. Con un compañero del taller ha estado contando las motos que hemos vendido en estos tres días (13, ahí es nada!) y de broma le he dicho "es capaz de venderme a mí, si le ofrecen un buen precio" y él ha contestado "no, a tí no te vendería". ¿Ves? Cuando se porta así es que me tiraría al cuello y no pararía hasta que pidiera socorro a todo pulmón...

Cualquier día de estos, en uno de esos impulsos locos que me dan a veces, le digo que me está volviendo loca, que deje de ser tan achuchable... y a ver qué pasa. Tendrá que ser así, de improviso porque si no esto va a ser la travesía del desierto!!!!

Mjo


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